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Mostrando entradas de enero, 2017

"L.A.Woman", The Doors, 1971, Elektra

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Uno de los conceptos más comúnmente invocados a la hora de contar la historia de una banda de rock (y se asume cierta persistencia en el tiempo para que esa "historia" parezca posible) es el de "vuelta a las raíces", que señala el momento en que, tras una serie de álbumes fallidos o malos, la banda en cuestión regresa a un estado más cercano a la energía o ímpetu de sus primeros años de vida. Esa energía generalmente se piensa como disipada a lo largo de la anterior serie de discos de mala calidad, que tienden a ser más manieristas y artificiosos en oposición a lo "básico", "honesto" o "sincero" que se insiste en ver en los primeros trabajos; así, cuando la banda "regresa" lo hace o bien retomando la calidad de los comienzos (un "return to form") o bien revisitando (y se hace hincapié generalmente en que esto ocurre desde la madurez o la "sabiduría") también las opciones estéticas de ese m

"The idiot", Iggy Pop, 1977, RCA

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Después vendrían los puristas iggypoperos a decir que la culpa de todo -es decir, de un disco tan poco abiertamente punk- la tuvo Bowie, pero el álbum, primero de James Osterberg Jr. como solista, habría de decantar como uno de los mejores de todos los tiempos. Y eso no quiere decir, por cierto, que Bowie no tuviera cierta culpa: grabado poco antes de "Low" compar te la sensibilidad musical y el ímpetu experimental de la llamada "trilogía de Berlín", aunque quizá, aportes idiosincráticos de Iggy aparte, con un costado más siniestro y energético. O, quizá, más arriesgado y experimental. En cierto modo el álbum está apoyado o centrado en la voz de Iggy y una serie de posibilidades que el cantante no había explorado del todo aún; Bowie le había sugerido dejar atrás vocalizaciones como la de "Search and destroy" (en "Raw Power", 1973) para esforzarse en un croon barítono con el que experimentar diferentes maneras de infundir emotivi

"Led Zeppelin III", Led Zeppelin, 1970, Atlantic

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Es cierto que ya había canciones marcadamente "acústicas" y folk en discos anteriores de la banda (parte de "Ramble on", parte de "Baby I'm gonna leave you") y que el tercero de Zeppelin tiene algunos de los momentos más hard rock de la discografía ("Inmigrant song"), pero la impresión general fue que Led Zeppelin se había ablandado, y eso señalar on unos cuantos críticos miopes. En cualquier caso, si el álbum anterior (Led Zeppelin II, 1966) puede ser pensado como el libro de texto definitivo del hard rock (con todas las influencias y raices a la vista, por cierto), en el tercero de sus discos de estudio Zeppelin amplió la paleta, y de alguna manera está ahí el gesto que terminó de caracterizarlos: no ser una banda "de" hard rock sino un proyecto musical mucho más variado y complejo. La idea de un "álbum acústico", sin embargo, tiene más que ver con el lado B del vinilo que con la propuesta completa de &q

"Adore", The Smashing Pumpkins, 1998, Virgin

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Quizá los noventas ya habían muerto cuando The Smashing Pumpkins lanzó "Adore", y de ser así pocos álbumes podrían servir tan perfectamente de marcha fúnebre (o pavana para una década difunta) para una época. Por supuesto que cierta oscuridad, desesperanza y melancolía habían sido esenciales a la obra anterior de la banda, pero en el disco de 1998 todo eso quedó puesto en primer plano de una manera tan espléndida que es dificil escuchar el disco sin que se escape alguna lágrima. Y si alguien lo duda, ahí esta "Blank page", la última canción y sin duda el momento más bello y desolador del álbum. Desde un punto de vista estrictamente biográfico, el álbum ha de ser vinculado a la crisis en la banda (había sido expulsado el baterísta Jimmy Chamberlin y había muerto el tecladista de la gira de "Mellon Collie and the infinite sadness", Jonathan Melvoin, en circunstancias un poco misteriosas) y a la muerte por cáncer de la madre de Corgan, a qu

"Before and after science", Brian Eno, 1977, Polydor

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Antes de pasar lo que quedaba de los '70, toda la década de 1980 y buena parte de la siguiente creando álbumes ambient y generativos, Brian Eno -que venía de trabajar con Bowie, con Cluster y con Harmonia- eligió 10 canciones entre las alrededor de 100 que venía preparando desde 1976 y las reunió en el que sería su último álbum con "canciones" por mucho tiempo. "Before and after science" es quizá el cierre de una etapa, y por momentos parece que funciona como una manera de desprenderse de todo aquello que no será más explorado, pero una escucha un poco más atenta revela no sólo que es acaso el mejor estructurado de los discos de Eno sino, además, que buena parte de lo que ofrece es en realidad indistinguible del sonido de trabajos como "Music for films" (1978) y "Apollo atmospheres and soundtracks" (1983), sólo que incluyendo la voz de Eno. Es que esto último no quiere decir que, a su manera, no sean "instrumentales":

"Lateralus", Tool, 2001, Volcano Entertainment

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Sin duda la fusión entre el progresivo y el metal tiene en "Lateralus" uno de sus mejores momentos. El ADN metalero del disco es evidente desde sus texturas y sus sonoridades hasta los muteos y los ataques trasheros tan evidentes en el estilo del guitarrista Adam Jones, pero no menos importante es todo lo que la banda aprendió de la música de King Crimson y tantos álbumes fundamentales del prog: basta con ponerse a contar los compases en "Lateralus" para apreciar como la complejidad rítmica del prog es llevada a extremos de expresividad impresionantes. Pero hay más que cambios de compás y overdrive en "Lateralus", y es fundamental para apreciar la propuesta dar su lugar a las pistas ambient y noise, que más que "relleno" en un disco que notoriamente no lo necesita logran refinar el concepto (no necesariamente narrativo, por supuesto) de un álbum con tantos niveles de significación. Así "Eon blue apocalypse" y "Mantra&

"Neu! ' 75", Neu!, 1975, Brain, United Artists

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El último disco de estudio completado por Neu! (las sesiones para el posterior "Neu! 4", de 1995, y su versión definitiva "Neu! 86", de 2000, fueron interrumpidas por diferencias entre los músicos) ofrece notorias diferencias con su predecesor, "Neu! 2" (1973). Al parecer, ya para entonces las tensiones entre los dos miembros de la banda, Michael Ro ther (guitarras, sintetizadores, piano, voces) y Klaus Dinger (batería, guitarras, voces) eran tan importantes que la única manera de conformarlos a ambos fue dividir el disco en dos mitades: a Rother le correspondería el lado A -más ambient y plácido- y a Dinger el B, también atento a texturas y a paisajes sonoros pero rico en momentos de agresividad proto-punk y rock desprolijo y visceral. Esto no quiere decir que el lado a cargo de Rother haya repetido el molde clásico de la banda, ya que incluso en canciones como la luminosa "Isi", acaso la más similar -en su ímpetu cinemático d

"No code", Pearl Jam, 1996, Epic

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Es posible ver "No code" como el cierre de una primera etapa en la evolución de Pearl Jam, o, al menos, como el momento final en una serie de esfuerzos por apartarse del sonido y la estética de "Ten" (1991), el primer álbum de la banda. Así, tanto "Vs." (1993) como "Vitalogy" (1994) propusieron un sonido más directo y una producción más cruda, a la vez que el posterior "No code" tomó al registro emocional furioso y agresivo de buena parte de sus precedentes y lo trató como si fuera un color más en una paleta más amplia y ahora disponible para la banda. Es, dicho de otro modo, su álbum más variado y a la vez sutil; eso significó un gesto ante todo experimental y arriesgado, que, como suele pasar, no fue del todo bien recibido por los fans. ¿Pero a quién le importa algo así casi 21 años más tarde? Quizá ya sea tiempo de revalorizarlo como el mejor de la discografía. Es, en todo caso, un favorito personal, junto a "Vitalogy" y

"Goldberg Variations", J.S.Bach, Fretwork (arreglo de Richard Boothby), 2011, harmonia mundi

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Sin duda no faltarán los puristas que desestimen a priori una versión para cuarteto de violas da gamba de "Aria con 30 variaciones" (más conocida como "Las variaciones Goldberg"), pero hay al menos dos (o tres) argumentos interesantes para proponer a modo de defensa del arreglo de Richard Boothby para su grupo Fretwork. El primero es que buena parte de los admiradores de las 30 variaciones de Bach tienden a estimar especialmente (y no sin razón) las versiones que grabara Glenn Gould en 1955 y 1981, pero dado que las Goldberg están escritas para clave con dos teclados (y a que esto es fundamental en la mayoría de las variaciones), toda interpretación en piano es, en sí, un arreglo. De manera que, si nos vamos a poner realmente puristas (y yo soy lo suficientemente purista como para vomitar violentamente cuando escucho una versión "jazzera" de las Goldberg) deberíamos descartar precisamente la mejor -o al menos una de las mejores, o una de

"Trans-Europe Express", Kraftwerk, 1977, Kling Klang

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En cierto sentido el álbum más importante o influyente de Kraftwerk es "Autobahn" (1974), que construía un paisaje sonoro cinemático y brillante bajo la premisa de un viaje por carretera; sin llegar a cristalizar en una digamos "mera" mímesis la banda propuso una estilización del movimiento y la deriva de los escenarios (la carretera abierta, el tunel, el tráfico, etc) que significa, qué duda cabe, un logro artístico que trasciende, y por mucho, la simple consideración sobre armonias e intervalos. Pero su siguiente trabajo, "Radio-Activity" (1975, "Radio-Aktivität" para quien prefiera los títulos en alemán) pareció delatar una orientación diferente. Esa línea los condujo a sus álbumes acaso más logrados, "Trans-Europe Express" (1977, "Trans Europa Express") y "The Man Machine" (1978, "Die Mensch-Maschine"), donde quedó establecido el sonido con el que la banda pasaría a ser identificada de ahí en más. Qui

"In utero", Nirvana, 1993, DGC

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Acaso para la banda que había grabado "Bleach" (1989) un sonido como el de "Nevermind" (1991), con sus voces lennonianas en double-track, su sonido altamente comprimido y brillante y su esplendor pop, fuera simplemente demasiado. Se había pasado por ahí, había funcionado, pero ya era hora de enmendar las cosas. Entonces se contrata a Steve Albini, de quien Kurt Cobain luego diría que fue elegido en tanto había producido dos de los álbumes favoritos de la banda ("Surfer rosa" de Pixies y "Pod" de The Breeders), para que lleve el sonido a una crudeza que pudiera parecer quizá "auténtica" en el contexto ético y musical de la banda. Y vaya que lo hizo, pero a partir de ahí la historia se complica: se habló de buscar otros productores y de seguir trabajando a un disco que, sencillamente, se había ido al carajo. Finalmente algunas canciones (cabría pensar que las mejores: "Heart-shaped box", "All apologies" y "Penny

"Close to the edge", Yes, 1972, Atlantic

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Sería dificil discutirle a "Close to the edge" su lugar central en el canon del rock progresivo. Todo lo que ha de tener el género está en sus tres composiciones, una que abarca el lado A completo (y le da título) y dos que se reparten el otro. La riqueza de sonidos y el virtuosismo son, por supuesto, apabullantes, pero de alguna manera -a diferencia de a lgunas composiciones de Emerson, Lake & Palmer o incluso de otros trabajos de Yes- "Close to the edge" logra apuntar a algo más, un más allá del género progresivo o del mero despliegue de musicalidad por la musicalidad misma. Evidentemente la espiritualidad acaso de pacotilla de los peores momentos como letrista del cantante Jon Anderson pueden ser difíciles de pasar, pero en la composición principal de este álbum hay versos que logran tramar una suerte de misterio especialmente sugerente. Se ha señalado que la inspiración fue "Siddartha", de Herman Hesse, y quizá Anderson supo, ent

"The rise and fall of Ziggy Stardust and The Spiders From Mars", David Bowie, 1972, RCA

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En 1974 la revista Rolling Stone reunió a David Bowie con William Burroughs; la charla puede encontrarse completa, ahora, en el librillo del box set Who Can I Be Now?, pero no era dificil anteriormente dar con fragmentos, especialmente aquel en que Bowie explica o improvisa (más bien esto último, apostaría) el concepto narrativo de su álbum "The rise and fall of Ziggy Stardust and The Spiders From Mars". El pretexto de la narración está en una serie de planes que le cuenta a Burroughs, básicamente llevar el disco en cuestión al musical, al teatro y al cine. Pero nada de eso resultó (algo parecido señaló Bowie como pretexto para negarse a ceder a Todd Haynes los derechos de algunas de sus canciones para la película "Velvet Goldmine", y tampoco aparecieron obra teatral o película algunas), pero es interesante esa versión del relato implícito al álbum. Si buscamos en las letras, en todo caso, la posibilidad de establecer sólidamente esa historia se desvanece rápidame

"Lark's tongues in aspic", King Crimson, 1973, Island

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El quinto disco de estudio de King Crimson marca  el comienzo de una nueva etapa para la banda. Para empezar, de las formaciones anteriores (la original y la llamada "de transición") sólo permanece Robert Fripp, a quien se suman David Cross (violín, viola, mellotron), Bill Bruford (batería), Jamie Muir (batería y percusión) y John Wetton  (bajo). Las formaciones anteriores tendían al uso de diversos instrumentos melódicos, en particular vientos y bronces, que en esta nueva formación quedan reducidos a la guitarra de Fripp y el violín de Cross, más las diversas texturas de mellotron. Aparece también -además de un recambio de influencias: ahora la voluptuosidad sinfónica de los primeros trabajos deja paso a una estética más cercana a la música de vanguardia de la primera mitad del siglo XX, desde Stravinski y Bartók hasta la atonalidad y el serialismo, lo cual consistía un sistema de referencias novedoso para el rock progresivo- una nueva gama de sonidos de percusión (Muir toc

"Another green world", Brian Eno, 1975, Island

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Llamarlo un "álbum transicional" en la discografía de Brian Eno parece connotar una insuficiencia: no es lo que era y no es tampoco lo que será, cuando si algo puede decirse de "Another green world" -uno de los dos o tres mejores discos de Brian Eno, por cierto- es que se trata de una obra maravillosamente lograda y autosuficiente. Por supuesto que parece posible detectar elementos de una época inmediatamente anterior en la carrera de Eno -las cuatro canciones que contiene- y, del mismo modo, algunos de los primeros destellos del ambient y el minimalismo que cristalizarían en el mayor aporte del inglés al arte del siglo XX (y del XXI); así, por ejemplo, acaso "I'll come running" (penúltima pista del lado A del LP) pudiera haber sido incluido en el anterior "Taking tiger mountain (by strategy)" (1974), del mismo modo que la densa y cinemática "Sombre reptiles" sin duda entraría cómodamente en "Apollo atmospheres

sin título, Led Zeppelin, 1971, Atlantic

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"Cuatro símbolos", "Zoso", "Led Zeppelin Cuatro", "Sin título", "Runas" e incluso "El ermitaño". El disco, en rigor, no tiene título y se presenta únicamente con la imagen de tapa. Hasta el nombre de la banda ha sido borrado. ¿Testimonio de la confianza absoluta que tenía Led Zeppelin en cuanto a la magnitud de su logro, del poder de su música, que podía h ablar por sí mismo sin necesidad de etiqueta alguna? Bueno, el Cuatro es, sin duda, uno de los álbumes más cercanos a la perfección jamás grabados por banda alguna. Quizá Led Zeppelin recorrió la década de 1970 registrando canciones y discos menos perfectos para, en algún punto de 1982 o 1983, acceder a una máquina del tiempo, retroceder a 1972 y, con las mejores canciones de esa otra vida de la que jamás sabremos, compilar su cuarto disco. El sonido de apertura ha sido descrito y explicado de varias maneras, pero ante todo sugiere una máquina que entra en

"Axis: Bold as Love", The Jimi Hendrix Experience, 1967, Track Records

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Seguramente sea el doble "Electric Ladyland" (1968) el mejor y más completo repertorio del genio de Jimi Hendrix como guitarrista, compositor y, por qué no, vocalista, pero "Axis: Bold As Love" es la contrapartida más redonda y sutil del despliegue heterogeneo de su sucesor, del mismo modo que parece dejar atrás la crudeza y la contundencia del primer álbum de Hendrix con la Experience ("Are you experienced?", de 1967) e incorporar una paleta de sonidos más variada. De hecho, ya la pista introductoria nos ofrece una muestra de la experimentación sónica en la que Hendrix empezaba a poner su interés: "EXP", con su uso magistral del feedback y el paneo estéreo, ofrece un paisaje sonoro extremadamente sugerente al que la letra, con alusiones a la ciencia ficción y la ufología, sirve a las mil maravillas. También aparece en este disco el uso del pedal de wah-wah por primera vez en la carrera de estudio de Hendrix; las historias en uso

"Mechanical Animals", Marilyn Manson, 1998, Nothing/Interscope

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El tercer álbum de estudio de Marilyn Manson acusa una diferencia notoria con el sonido industrial de sus El álbum de Marilyn Manson incluye además a otro protagonista, Alfa, que sirve de contrapunto o testigo o cronista de los hechos de Omega y su banda The Mechanical Animals. Así, según lo establece el librillo, la mitad de los temas tiene a Omega como emisor/cantante y la otra mitad a Alfa como emisor/narrador. Es Alfa, por ejemplo, el emisor de la mejor composición del disco, "The speed of pain", a su vez cargado de referencias a "Space Oddity" de Bowie (entre ellas las guitarras de las estrofas, que repiten un patrón de rasguido y un sonido muy similar para los acordes Do-Mi menor). Otras de las canciones más interesantes y logradas del álbum son "Mechanical Animals" y "Coma White", en las que el diálogo entre guitarras acústiacas, eléctricas distorsionadas y sintetizadores termina por ofrecer una muy bien lograda actualiz

"Fear of music", Talking Heads, 1979, Sire.

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Es interesante el lugar de "Fear of music" (1979) en la discografía de Talking Heads. Segundo en los producidos por Brian Eno, quizá pueda pensárselo fácilmente como un disco de transición entre el sonido de los primeros dos trabajos ("Talking Heads 77" y "More songs about buildings and food", que combinaban pretensiones art-rock con un fondo disco, por decirlo apresuradamente) y la consolidación del funk y la world music como elemento c entral en los que seguirían, particularmente en "Remain in light" (1980). De hecho, la primera de las composiciones, "I zimbra", cuya letra retoma la poesía fonética del dadaísta Hugo Ball y la alimenta con ritmos poderosos y "étnicos" o "tribales" (además de con la guitarra de Robert Fripp, por supuesto), parece el punto de partida perfecto para las exploraciones al sonido afrobeat (inspirado en Fela Kuti) del disco siguiente. Y, en todo caso, sin duda que hay una de

"El arte de la fuga", J.S.Bach, 1751, versión de Akademie Für Alte Musik Berlin, 2011, harmonia mundi

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Por supuesto que no se tratará en este comentario (forzosamente breve) de hablar de "El arte de la fuga" sino específicamente de la versión de Akademie Für Alte Musik Berlin, pero es de rigor señalar algunos detalles básicos. J.S.Bach la compuso -y no la completó- a lo largo de su úl tima década de vida y consiste en cuatro cánones, cuatro fugas simples (es decir cada una de ellas con un único tema modulado en las diversas voces, en este caso cuatro), tres fugas con stretti (superponer parte del tema principal en varias voces) y variantes en augmentationem (que duplican la duración de las notas) y diminutionem (que abrevian a la mitad la duración de las notas), dos fugas dobles (con dos temas o sujetos), dos fugas triples, dos fugas "en espejo" (en la que tanto la forma anotada como su inversión funcionan perfectamente, respetando todas las normas en uso del contrapunto) y, por último, una fuga triple inconclusa, que probablemente fuera concebida