"In a silent way", Miles Davis, 1969, Columbia



Cinco años más tarde Brian Eno llevaría el procedimiento a su siguiente nivel, y tres o cuatro años antes The Beatles habían establecido y consagrado el procedimiento, pero basta con escuchar "The complete in a silent way sessions" para entender la cualidad única y deslumbrante de lo que hizo Teo Macero con las grabaciones que terminaron cortadas, pegadas y loopeadas para formar "In a silent way". Si Miles había sugerido las posibilidades ambient del jazz en "Relaxin'" (1958) y llevado esa linea el año siguiente a un estado de genio deslumbrante en "Kind of blue", fue necesario que empezase a arremolinarse su ímpetu para el jazz fusion -a través, entre otras cosas, de su interés por Jimi Hendrix, que lo llevó a reclutar al técnicamente superior John McLaughlin- para que ese proto-ambient y los procedimientos de estudio se encontraran en una obra singular.
Así como el momento más bello del ambient generativo de Eno -"Music for airports"- tiene su origen en algo que parece provenir del otro extremo del espectro conceptual de la música, es decir la maravillosa expresividad y emotividad del piano que tocó Robert Wyatt para "1/1", en "In a silent way" ese papel sin duda lo cumple la habilidad interpretativa y compositiva de Joe Zawinul, que tocó el órgano junto a Herbie Hancock y Chick Corea en el piano eléctrico. Ese órgano que inaugura la atmósfera del lado A -"Shhh/Peaceful"- y atraviesa la pieza completa, desde la que emergen los solos lánguidos de McLaughlin y Miles cuidadosamente editados por Macero, equivale al drone de un disco ambient, y funciona más como textura que como "música"; ese desempeño queda revertido en el lado B, donde Zawinul sobresale como compositor de "In a silent way", pieza que enmarca "In a silent way/it's about that time". Es, en cualquier caso, ese lado B el más cercano a una sensibilidad cuidadísima en cuanto a ambient: si bien ambos lados buscan trabajar el concepto del silencio subyacente a la música o el silencio sugerido por la música, es "In a silent way/It's about that time" donde esa atención al silencio parece abrirse o desenvolverse más tremendamente en la creación de un espacio o incluso un mundo. Hay, digamos, algo de "space rock" en el lado B de "In a silent way", mientras que el lado A, con su sucesión de solos editados, parece retener algo más asimilable al jazz. Pasado y futuro, quizá, al menos para el lugar en que hacia equilibrio Miles Davis a fines de la década de 1960.

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