"Without you I'm nothing", Placebo, 1998, Hut



"Pure morning", "Without you I'm nothing", "You don't care about us" y "Every you every me" están, sin duda, entre las mejores canciones de la etapa tardía de los noventas, esa en que -entre "Mechanical animals", de Marilyn Manson, y "Velvet Goldmine", la película de Todd Haynes- el glam rock setentero (gracias en buena medida al costado del britpop representado por Suede y, hasta cierto punto, por Pulp) pareció volver y mutar en una suerte de negolam. La guitarra minimalista (especialmente notoria en "Pure morning") y su distorsión contenida, para nada desbordada, diferencia al trabajo de Placebo de las bandas de la primera ola alternativa/grunge de los noventas, pero cierto ímpetu postpunk (que de alguna manera parece remitir a Sonic Youth) está muy presente también en las estructuras y en cierta tensión indudable en la ejecución. Pero hasta acá, incluso contando estos cuatro éxitos, Placebo no parecería merecer, al menos en cuanto a su segundo álbum de estudio, un lugar de mayor interés aparte del rock/pop bien confeccionado y con unas cuantas lecciones Bowie bien aprendidas (y Bowie visto desde el prisma de otras bandas: la influencia de The Cure es más que evidente en "You don't care about us", por ejemplo). Pero si buscamos en el lado más oscuro del álbum las cosas cambian: en el ambiente oscuro de "The crawl", con su fondo de guitarras remotas y difuminadas, su batería delicada y la voz de Molko en su momento más volcado hacia adentro, como si quisiera devorarse a sí misma. Y esas hermosas notas de piano.
Es quizá la mejor pieza del álbum, aparte del esplendor pop de "Every you every me", que, por otro lado, es la que la sigue; y esa línea atmosférica todavía tiene otro gran momento -más terrible, quizá menos perfecto- en "My sweet prince", que más que un ambiente disfrazado de canción suena a una canción enlentecida para parecer un ambiente, con resultados deslumbrantes.
A partir de ahí el álbum ensaya diversos caminos (más rockero en "Scared of girls", vuelta al lado oscuro en "Burger queen", aunque con un matiz un poco más melancólico y cálido) y termina por dispersarse. Pero en esas dos canciones que rodean a su mayor hit está lo más brillante que tiene para ofrecer.

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