"Diadem of 12 stars", Wolves in the throne room, 2006, Artemisia Records

Sin apartarse realmente de la matriz blackmetalera, y logrando trepar -al menos a mi gusto- a una de las posiciones más altas en cuanto a logro estético dentro del género, el primer álbum de Wolves in the throne room logra abrir lo suficiente la trama del black metal como para permitir que se mueva la brisa de otros géneros, no necesariamente metaleros. El disco incluye cuatro composiciones largas (12 minutos promedio), y si bien acaso sea inevitable ver en las dos partes de "Face in a night time mirror" el punto más alto de la propuesta, es dificil en realidad detectar diferencias de calidad y expresividad tan marcadas como para separar las canciones de acuerdo a un juicio de valor posible. Se trata, es decir, de un disco homogéneo en su propuesta global, pero lo suficientemente heterogéneo a nivel de detalles como para que el title track (y última pieza del álbum) se permita secciones thrash metal y para que las cuatro composiciones incluyan siempre fondos dark-ambient que amenazan con pasar al primer plano. y que, aquí y allá, cristalizan en los momentos más doom funeral del disco, que son, de hecho, las partes más fascinantes de la propuesta, por ejemplo a los 11 minutos del title track.
Otra gran virtud del álbum está en sus cambios repentinos de tempo y textura, que acercan el proyecto completo a una suerte de versión prog del black metal; la atmósfera opresiva y melancólica que se genera a los 5:40 de la parte 1 de "Face in a night time mirror" es sobrecogedora, del mismo modo que la irrupción de sonidos similares a coros humanos (las frecuencias están tan cuidadosamente difuminadas que es dificil saber si en verdad lo son) a los 12:12 de la parte 2.
En general, lo que sedimenta de las dinámicas y los contrastes es esa atmósfera desoladora que atraviesa el disaco, y que por momentos parece apuntalar la noción de un mundo pagano remoto, mítico y perdido: eso que acerca a la banda al lado menos satánico y más Algernonblackwoodesco o Dunsaniano. El sonido, además, es bastante más limpio de lo usual en la producción de los discos de black metal, y eso es de agradecer.

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